No somos la típica casa rural llena de aperos de labranza,
no tendría cabida en nuestra casa porque nunca ha sido casa de labradores.
Y nosotras no pertenecemos a ese mundo,
nuestro mundo es éste el de la hostelería,
el recibir y sobre todo darles;y muy bien,de comer.
Nuestro paso por grandes escuelas de hostelería ,
una continua formación
en los principales congresos y
cuatro generaciones entre fogones avalan nuestro buen hacer.